martes, 22 de julio de 2008


Mis manos se mueven como dos remos a través de la superficie de un inmenso mar cuyo fin parece inalcanzable. Las olas que en comienzos eran mi motivación, ahora se han vuelto un sonido perturbador. He nadado por tanto tiempo, soñando con la orilla alcanzar. Pero aún está lejos, lejos de mi alcance por mucha distancia. Aun queda camino por recorrer y los ánimos sufren altibajos.
El agua que inunda mi cuerpo ahora parece bajar su temperatura con gran velocidad... se vuelve insoportable seguir sumergido y el agua pasa por fases hasta cambiar de color. Permanezco a buen ritmo, pero el oleaje es muy fuerte, tengo mucho miedo. Estoy temblando, tengo una sensación muy extraña en mí. Algo que me dice que no soy el mismo, que algo esta cambiando a buen ritmo. Pero no lo noto, continuo, dejo ese pensamiento a un lado y decido continuar como aquel que tira una moneda al aire queriendo elegir su destino. Hay que ver que este cerebro que dios nos dio es bastante complicado, mas cuando sentimientos se cruzan para hacer que nuestras ideas se vuelvan un completo calvario.


La temperatura del agua ya no es permisible, mis sentidos ya no funcionan igual. La helada sombra de la nada abraza estrujando mi pecho contra mi espalda y los pulmones luchan por mantener su espacio aunque también tiemblan. La orilla a la que quiero llegar está muy lejos, casi inalcanzable desde este punto, y he nadado mucho, tanto que siento que se me ha ido la vida en ello y siento morir porque mi cuerpo no quiere continuar. Mi mente y mi alma lo desean, pero el agua ahora tan palpable como una roca no me dejará… lo impedirá y aquí quedaré. Con dos caminos, retornar o morir en medio de la nada.

No quiero, esto no me puede estar pasando, hay dos tentativas encausando el destino de mi vida y no me gusta que eso pase. No quiero volver no quiero. La meta está lejana, pero regresar a la orilla es aun peor que continuar.

Ya no nado, camino sobre el hielo arropándome con mis brazos para aliviar el frío. Pero el mundo se opone, la naturaleza se opone, mi mente juega conmigo todo conspira, como queriendo manipular mi destino. La brisa que antes no existía ahora me roza con furia cortando mi piel como un cuchillo frío sigo caminando y me confío que todo estará bien, pero…

El hielo bajo mis pies se está rompiendo acelero el paso y las grietas se están acercando a mi. El agua helada me arropa de nuevo haciéndome sentir en algo peor que el infierno, nado hacia arriba pero ya no encuentro salida… no puedo respirar y….