Como capturar el brillo de un diamante cuando la oscuridad absoluta, o querer atrapar el humo que se escapa hacia las nubes, es querer escapar del brillo titilante de esos ojos. Con tu voz puedes endulzar hasta el más amargo trago y hacer que el mundo entero te escuche. Con tus manos podrías construir una muralla que surque el mundo y aun mantenerlas tan suaves como la piel de un durazno en la flor de la primavera.
Esa cortina oscura y a la vez sedosa que envuelve tus expresiones como un manto sagrado en el que mis sueños y delirios se arropan en un constante vaivén hace que seas la pieza clave de ellos, como un rompecabezas cuyas piezas han salido despedidas por el espacio y flotan esperando a que las delicadas manos del destino unan y por fin pueda estar completo.