jueves, 22 de octubre de 2009

Memorias de un Fantasma III


Sentado desde lo alto le veo caminar. Mi entusiasmo se rompe, pero me llena de felicidad ver su vitalidad. Le veo levantar la mirada, sus ojos dulces como los de un infante apunta hacia mi como si estuviera viéndome por primera vez, pero es solo una ilusión mía. Jamás podría. Ni en lo mas remoto. Pero le sostengo la mirada con fervor, esperando un atisbo de atención, de sentimientos. Y su mirada se desvía nuevamente.

Hasta a mí me suena increíble, pero a veces creo que empieza a percibir mi presencia más allá de lo diferente que somos y no le molesta en absoluto. Veo que aunque uso los medios que tengo, mi fría composición no le hace daño cuando intento, en vano, tocar su piel. Está ahí, con toda la vitalidad del mundo y, aún así, siento que me percibe, pero no se atreve a creer.

Sería tan fácil si estuviera vivo. Más vale recibir un rechazo que no saber nunca su respuesta. ¿Acaso mi castigo será esperar eternamente? ¿Quedarme aquí, vacío de todo mientras el mundo viene y va? ¿que pasará después de un tiempo?... Cuando estas vivo el tiempo se reduce a la hora en la que mueres, pero cuando ya estás mas allá de eso que vendrá. Y los demás creen que lo más desconocido es la muerte. Me río de la ironía.

Sigo sus pasos como mi único propósito. Saber de donde viene y a donde va es algo que, aunque absurdo, me gusta saber. Lo que hace cuando nadie le ve, la música que le gusta, esos pequeños detalles como cuando duerme, o tan solo verle con los ojos cerrados reposando sobre su almohada.; Hasta verle comer se me hace tan entretenido.

Sencillamente no puedo dejar de mirarle. Cambiaría la mitad de lo que he vivido por estar vivo unos minutos a su lado. Pero, no estar sin estar, sino estar en presencia. Que me vea y yo poderle ver, que oiga las ingeniosas, aunque cursis, frases que vienen a mi mente en forma de poema cuando escucho su voz o tan solo le pienso. Poder sentir el calor que, deduzco, emana su piel. Sentir el olor de su aliento y el sabor de sus labios, poderle rozar la piel con ternura, mirarle fijamente a los ojos y perderme en ellos mientras escucha en susurro mis palabras diciéndole cuanto me importa....

Pero eso solo queda en suposiciones, en simples sueños que tengo... Porque una vez que estas muerto vives, pero al mismo tiempo no...