domingo, 17 de julio de 2011

Es curioso

     Es curioso, como puede llenar de vida tu vida una historia, es curioso que el mundo en que habrías soñado vivir esté escrito en líneas a través de la mano de alguien que ni siquiera sabe que existes. También lo es el hecho de sentirte identificado con algo que, aunque imaginamos, es intangible e inexistente, pero encaja perfectamente en lo que quisieran plasmar tus pensamientos sin forma.
   
     Es curioso que hoy, 17 de julio (día que en mi país se celebra el día del niño) haya visto la ultima adaptación de esa historia que llenó mi infancia, mi juventud y estos inicios de vida adulta, es curioso que un día de los niños esté dando un paso para dejar atrás mi infancia, porque eso fue lo que los libros de Harry Potter significa para mí, mi infancia, el deseo de un niño con imaginación llevado a un nivel más alto solo con palabras.

     Es curioso que haya conocido a Harry Potter a los 11 años y haya terminado los libros a los 17, es curioso como yo, un niño sin ninguna motivación externa a la lectura, me viera atraído por leer justo con esta historia, cuando no había visto una película o una imagen de ella. Es curioso lo mucho que me atrapó la reseña que escuché hace diez años por la televisión y lo más curioso aún es lo mucho que luché para conseguir ser parte de ella.

     Es curioso. Es curioso lo extraño que me siento, siento que estaba esperando por esto y que tampoco quería que este día llegara, pero si hay algo que la vida me enseñó este mes es que la vida está llena de sorpresas y la mayoría de las cosas no son lo que esperas ni lo que quieres que sea. La vida se compone de momentos que van y vienen y gira a un ritmo incontrolable e indómito al que no se le puede detener, pero me estoy desviando del tema.

     Es curioso cuanto puedo agradecer a J.K Rowling. Una mujer que dio lo mejor de su imaginación en solo líneas. Una mujer que con palabras me hizo reír, llorar, asustarme, molestarme... una persona que a través de una historia infantil me enseñó a ser valiente, a defender lo que pienso, a perdonar, a ser justo, a surgir de entre las cenizas, me enseñó que no se le debe hacer cosquillas a un dragón dormido, que la muerte quizá no sea la última parada, que los golpes nos hacen más fuertes y sobre todo me enseñó lo importante que es el valor del amor. Esa mujer que escribía en trozos de servilletas mientras trabajaba en un restaurant turnos extras para poder mantener a una única hija, me demostró que solo hace falta una hoja de papel y tu mente para hacer lo que quieres. Gracias a ella siento pasión por escribir, gracias a esta historia mi imaginación no tiene fin, gracias a esta historia quizá soy quien soy hoy en día.

     Es curioso cuantas personas se pueden llegar a conocer cuando se comparte una pasión por una historia. Debo decir que conocí seres geniales y estupendos que, hoy por hoy, puedo llamar amigos. Personas que me acompañaron (cerca y en la distancia) en esta travesía, ayudándome a desvelar misterio tras misterio oculto entre líneas que a la final resultaron estar perplejamente a la vista. Jugaste con nuestras mentes J.K. lo hiciste muy bien y por eso se te agradece mucho.

     Es curioso como a través de líneas viví por diez años en un castillo, un castillo del que solo se sale cuando se deja de leer, un castillo donde me refugié, a donde escapé, un castillo en el que me divertí, aprendí y crecí, un castillo que no existe más que en mi cabeza y en la cabeza de millones y millones, un castillo en el que cada lector quisiera vivir… un castillo llamado Hogwarts en el que seguiremos escapando cada vez que queramos, porque como escuché decir a una persona clave en esta travesía “Ninguna historia muere mientras haya alguien que quiera escucharla” y Hogwarts nunca dejará de existir mientras haya alguien que le sea fiel…

     Ahora ya ha terminado… los libros, las películas, la historia, una generación… una era… extrañaré la valentía y humanidad de Harry; La inteligencia y astucia de Hermione Granger; La lealtad y lo genial de Ronald Weasley; La locura y lo extraordinario de Albus Dumbledore; lo correcto y estricto, pero cariñoso de Minerva Mcgonagall; la tenacidad y el empuje de Neville Longbotton; la imaginación de Luna Lovegood, y hasta extrañaré sentir pena por Draco Malfoy… todos los personajes que mencioné y los otros miles que he dejado de nombrar formaron parte del universo más fantástico jamás creado y me enorgullece haber pertenecido a la generación que la vivió.

     Desde “El niño que vivió” hasta “Diecinueve años después” viví muchos momentos geniales… momentos que guardaré en mi mente y no habrá Obliviate que lo borre. Enseñanzas que ningún Expelliarmus me quitará de las manos, y valores que me servirán como un Patronus el resto de mi vida.

Gracias J.K. Rowling…



Finite Incantatem
Nox

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